11.10 Cuándo encargar una due diligence y qué aporta al cliente
Cuándo encargar una due diligence y qué aporta al cliente
La due diligence inmobiliaria resulta especialmente recomendable cuando la toma de decisiones sobre un inmueble conlleva un impacto económico relevante o implica asumir riesgos técnicos, urbanísticos, legales o de mercado que no pueden valorarse adecuadamente con una información parcial.
Encargar una due diligence no responde a una cuestión de desconfianza, sino a la necesidad de conocer con precisión la realidad del activo antes de adoptar decisiones que pueden tener consecuencias a largo plazo.
De forma general, es aconsejable realizar una due diligence inmobiliaria en los siguientes supuestos:
- Antes de una compraventa: para identificar riesgos que afecten al valor, a la viabilidad del inmueble o a su uso previsto.
- En operaciones de inversión: como base objetiva para analizar rentabilidad, escenarios y contingencias.
- En inmuebles arrendados: para valorar correctamente la duración real, estabilidad de rentas y posibilidades de recuperación del activo.
- En herencias, divisiones patrimoniales o procesos judiciales: cuando resulta necesario disponer de un análisis técnico independiente.
- Ante proyectos de transformación: cambios de uso, divisiones, ampliaciones o reformas de entidad.
La principal aportación de una due diligence inmobiliaria es reducir la incertidumbre, delimitando con claridad los riesgos existentes y su posible impacto, y permitiendo al cliente tomar decisiones informadas, negociar con mayor seguridad o replantear la operación si resulta necesario.
En este sentido, la due diligence no debe entenderse como un coste adicional, sino como una herramienta de protección del valor y de apoyo a la toma de decisiones en operaciones inmobiliarias complejas.

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